Con 1.010 millones de dólares, la inversión global en el sector insurtech en el cuarto trimestre de 2022 a alcanzado su nivel trimestral más bajo desde el primer trimestre de 2020. Según los datos aportados en el Informe Global InsurTech de Gallagher Re la inversión ha disminuido un 57% desde el tercer trimestre de 2022.
Por otro lado, la financiación de este negocio en No Vida para el cuarto trimestre de 2022 se desplomó un 64,4%, hasta 630,16 millones de dólares, mientras que las inversiones totales del cuarto trimestre en Vida y Salud cayeron un 33,7%, hasta 383,76 millones de dólares.
Desde el bróker también revelan que el tamaño medio de las operaciones en 106 rondas descendió un 42,3%, hasta 11,79 millones de dólares. El rendimiento hizo que la financiación total anual para 2022 descendiera un 49,5% desde 2021, hasta 7.980 millones de dólares. En particular, las insurtech atrajeron 6.510 millones de dólares menos en financiación de megarondas, lo que supone un descenso interanual del 66,7%.
La financiación inicial disminuyó menos drásticamente, cayendo un 25,1% intertrimestral a 408,27 millones de dólares en el cuarto trimestre, impulsada por una caída del 51,3% en la financiación inicial de No Vida sobre 50 acuerdos con un promedio de 4,63 millones de dólares. A pesar de las tendencias abrumadoras, la financiación inicial de L&H aumentó de hecho en el cuarto trimestre, un 46,5% hasta 213,64 millones de dólares, impulsada por cuatro operaciones superiores a 40 millones de dólares. Según el informe, las cifras subyacen a un año de macrorrealismo para las distintas insurtech y de microdificultades para los inversores del sector.
«A finales de 2019, estimamos que el número total de insurtech a nivel mundial era de 3.000, pero ahora solo unas 2.050 están abiertas activamente al negocio. El capital está disponible, pero la inversión se redujo drásticamente en 2022 con respecto a 2021», afirma Andrew Johnston, director Global de InsurTech en Gallagher Re.
«La característica más significativa de 2022 es que la narrativa en torno a la «disrupción» parece haber llegado realmente a su fin» (Johnston)
