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Mirando sus orígenes y pasando por todos los modelos de negocio que componen la industria Regtech, así como sus oportunidades presentes y futuras, se acaba de presenta el primer Libro Blanco de RegTech en España.

Elaborado por la Asociación Española de Fintech e Insurtech (AEFI), y con la colaboración de Cuatrecasas, el patrocinio de Cecabank, el manual pone de relieve que la regulación se ha convertido en el gran reto derivado de la transformación digital y la llegada de las nuevas tecnologías al sector financiero.

El ecosistema RegTech ha crecido de forma exponencial a raíz de la crisis sanitaria de la Covid-19, principalmente motivado por factores como es el aumento del 20% del uso canales digitales para los servicios financieros entre los usuarios, una mayor gestión de los riesgos de conducta de los usuarios a través de la integración digital o el impulso de una mayor transparencia en los aspectos de interacción digital.

El desarrollo de la industria ha provocado un incremento exponencial de las cifras de negocio, que han pasado de los 6.000 millones de euros en 2020, hasta una previsión de alcanzar los 15.000 millones en 2025.

En la actualidad, Reino Unido e Irlanda acaparan el 41% del volumen de negocio del RegTech en todo el mundo, frente a un tercio de EE.UU. y Canadá y al 17% de la Europa Continental.

En los últimos años se ha promovido un clima regulatorio favorable en España para el surgimiento o consolidación de estas start-ups. Además, en nuestro país destaca especialmente la proliferación en los últimos años de startups dirigidas a ofrecer al mercado sistemas de firma electrónica o al envío de comunicaciones certificadas que garantizan la integridad. También ha ayudado el origen de las transacciones o la verificación y autenticación de identidades de personas por medios electrónicos.

Barreras: personalización y adaptación

Sin embargo, afirma el Libro que a pesar del crecimiento y consolidación del sector, el ecosistema RegTech se enfrenta a un conjunto notable de barreras normativas de entrada y obstáculos para su evolución requieren de un grado elevado de personalización y adaptación concreta a las necesidades de cada empresa, que implica ciertos tiempos que dificultan su implementación de forma ágil.

Como ocurre con los sistemas de firma electrónica donde requiere un tiempo de análisis previo a la implementación, que todos los usuarios se familiaricen con el proceso y conozcan sus nuevos deberes y responsabilidades.

El proceso de digitalización al que se enfrentan las empresas financieras ha supuesto una avalancha de datos relativos a personas, productos, servicios y procesos de negocio, cuya gestión necesita soluciones específicas y adaptadas a las nuevas circunstancias del sector.

Rodrigo García de La Cruz, presidente de la AEFI, destaca entre los retos a los que se enfrentan las entidades de todas las verticales de RegTech, “mejorar el bajo nivel de acogida que los servicios de identificación y confianza electrónicos tienen por parte de instituciones y afrontar el desarrollo de soluciones tecnológicas operativas y ágiles que den respuesta a las necesidades de los mercados”.