La paralización del vehículo es uno de los perjuicios más comunes tras sufrir un accidente de circulación. Esta inmovilización supone un impacto significativo en la economía y vida cotidiana de quienes lo usan. En España, existe un concepto jurídico que cobija a los afectados y facilita la reclamación al tercero responsable, se trata de lo que te hablaremos en este artículo: la paralización indemnizable.
Nadie quisiera tener un accidente de coche, pero, por desgracia, es una situación en la que nos podríamos ver envueltos todos. Imagina que lo tienes y que además eres inocente, tu vehículo debe ser reparado, lo que supone un tiempo en el que no podrás realizar las actividades regulares para lo que lo utilizas, ya sean personales o laborales. Estas ganancias que dejas de percibir se conocen como lucro cesante y deben ir reflejadas en la reclamación que realice tu compañía o abogado.
Aunque como se mencionaba, la paralización es muy común en los siniestros, existe mucha confusión y discusión jurídica al respecto, sobre todo, a la hora de determinar los criterios para cuantificar la indemnización. Pese a que existen valores genéricos para calcularla de acuerdo con certificados gremiales, la opción más eficaz jurídicamente de acreditar los beneficios no percibidos se da en las pruebas y particularidades que cada afectado presenta en el proceso de reclamación.
¿Cómo calcular el lucro cesante y daño emergente?
Con el objetivo de evitar el enriquecimiento injusto y a la vez compensar al perjudicado, la ley establece que el lucro cesante y daño emergente deben ser justificados y “conectados” entre sí (accidente y daño) por el nexo causal. Por esto, es muy importante contar con documentación acreditativa como: certificado de estancia en el taller, certificaciones gremiales (camiones y taxis), certificado de alquiler de vehículo, permiso de circulación, entre otros.
Esto será fundamental a la hora de reclamar pues, aunque cada vez están más estandarizados los parámetros de paralización que buscan acercarse lo máximo posible a la realidad, estas son sólo estimaciones y es algo que para algunos perjudicados resulta muy difícil de entender. Por eso, cada prueba específica será clave para buscar la estimación más cercana a la realidad.
Por ejemplo, un propietario de taxi puede aportar su calendario laboral y el uso que le da al vehículo ya que de esto depende el dinero que deja de percibir. No es lo mismo un vehículo que realiza un solo turno que el de un turno doblado, o no es lo mismo si el propietario dispone de otro vehículo para realizar la actividad que si solo tenía ese como única fuente de generar ingresos. Por eso, las particularidades de cada supuesto requieren de un asesoramiento jurídico y un conocimiento de la jurisprudencia existente para poder afrontar la reclamación.
¿Todo es indemnizable?
No todo es indemnizable, lo que se compensa es la imposibilidad de usar el vehículo durante el tiempo necesario para reemplazarlo. Este periodo debe ser razonable para encontrar un vehículo similar y decidir sobre su reparación o sustitución.
Es decir, no se indemniza el tiempo extra causado por decisiones personales y todo lo que se pida debe estar relacionado con la paralización y el accidente.
Como se mencionó, las diferentes sentencias de casos específicos son fundamentales para entender la complejidad de la paralización y todas las posibilidades que se pueden dar para que esta sea indemnizable.
Casos concretos en España
En nuestro podcast de ‘INNOVACIÓN 360º’ hablamos con Pedro Mercado, abogado experto en la gestión de reclamaciones, sobre la paralización del vehículo y algunos casos concretos en España. ¡No te quedes sin escucharlo!
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